Criterios para una costrucción medioambientalmente sostenible
Introducción

La definición de unos criterios que determinen las características constructivas de un edificio medioambientalmente sostenible puede convertirse en un trabajo sin límite. Los parámetros medioambientales que se deben analizar son muy numerosos. No obstante, algunos de estos parámetros tienen una incidencia más importante que otros, tal como se deduce de los estudios de ACV realizados.

La coherencia con estos estudios previos nos lleva a definir unos pocos parámetros de fácil aplicación para el proyectista. Si se adoptaran las soluciones recomendadas, el tipo de edificio que resultaría tendría un impacto ambiental significativamente inferior a los habituales.

Los tres parámetros más representativos son:

1. Consumo de energía.

Se trata de reducir el impacto derivado del consumo de energía a lo largo de la vida útil del edificio (comúnmente es un recurso no renovable) así como, disminuir la emisión de substancias tóxicas (NOx, SOx) y CO2 a la atmósfera, que se producen, sobre todo, cuando la energía se obtiene de la combustión de combustibles fósiles. El incremento del aislamiento en la edificación, la ventilación natural y la utilización de energías renovables reducen el impacto de este consumo.

2. Durabilidad y transformabilidad de la edificación

La mayor durabilidad de los edificios disminuye el impacto ambiental relativo, en función del incremento de su vida útil. La durabilidad depende de factores diversos, no solamente de la calidad de la construcción. También depende de las características tipológicas y constructivas que determinan la adaptabilidad física y funcional del edificio a las cambiantes necesidades de espacio y uso en las viviendas y, aún más, en los edificios de usos no domésticos.

3. Materiales y residuos de construcción

Se deben evitar los materiales de construcción que son potencialmente peligrosos para la salud o el medio ambiente. Sobre todo los que, además, originan residuos tóxicos o contaminantes.

Asimismo, es necesario minimizar los residuos inertes que innecesariamente van a parar a los vertederos, mediante una doble estrategia: reducir los residuos que se originan y fomentar su reciclabilidad. En este sentido, la edificación menos pesada, que origina residuos fácilmente reciclables será la más conveniente. Pero solamente podremos explotar las ventajas de estas características materiales, si desde el proyecto se adoptan criterios que faciliten el desmontaje y la separación selectiva de los residuos sobrantes de los procesos de rehabilitación y de demolición del edificio.