- Buena durabilidad y bajo mantenimiento.

- Pueden fabricarse incorporando residuos de construcción.

- La energía gastada durante el proceso de fabricación es compensada en parte por las propiedades de aislamiento térmico del material.

- Consumen menos energía de transporte.

- Consumen menos cantidad de cemento que los materiales semejantes fabricados "in situ".

Going Green, The Green Construction Handbook. Ove Arup & Partners. Blocks, pág. 13Bristol, JT Desing Build Ltd, 1993

Bloques de mortero u hormigón.

Los bloques están formados por una mezcla de agua, árido y cemento a la que se incorporan pequeñas cantidades de aditivos. Una vez moldeados, los bloques son curados mediante aire, vapor, o en autoclave mediante vapor a alta presión. Los procesos de curado en los que se utiliza vapor consumen más energía que los que utilizan solamente aire.

Bloques de hormigón ligero.

Tienen una composición semejante a los de hormigón, aunque se incorpora aluminio en la masa como agente aireante. Además, pueden incorporarse residuos de otros materiales como las cenizas. La mayoría son curados en autoclave.

Bloques de arcilla.

El consumo de energía en su fabricación es relativamente alto. No obstante, tienen propiedades de aislamiento térmico superiores a los otros bloques de mortero o hormigón.

Las características del bloque y su puesta en obra determinan un menor consumo de cemento que las otras soluciones habituales de obra de fábrica o hormigón. Igualmente, el consumo de energía en su fabricación, transporte y puesta en obra es menor que en otras soluciones constructivas: es un 30% del consumo necesario para los ladrillos y del 50% menor en el hormigón.

Optimizar las ventajosas prestaciones de aislamiento y resistencia de los bloques ligeros, en el diseño de muros de fachada.

Los bloques son productos de construcción que tienen un doble interés. Un solo material satisface varias exigencias, es a la vez resistente y aislante. O sea que tienen más interés los bloques ligeros, que presentan ventajas sobre los pesados: consumen menos energía en el transporte, son mejores aislantes y a menudo incorporan materiales procedentes de residuos. Además los residuos de demolición son potencialmente reciclables.

Los muros de fachada son resistentes a los esfuerzos a los que habitualmente están sometidos y, además, pueden formar parte de la estructura del edificio, de modo que el material de soporte de la fachada o estructura también contribuye a disminuir el consumo de energía del edificio en su vida útil.

No obstante, aunque su capacidad de aislamiento es buena, no es suficiente para disminuir el consumo de energía de forma más efectiva que las soluciones constructivas habituales. Por lo tanto, si queremos reducir este consumo de forma significativa, será imprescindible que el muro de fachada incorpore un material específico de aislamiento.

También, como en las soluciones de obra de fábrica, si el elemento constructivo está bien diseñado tiene una buena durabilidad con unos costes de mantenimiento moderados.