- Material versátil de buena durabilidad y bajo mantenimiento.

- El proceso de fabricación consume energía de forma intensiva.

- La extracción del material tiene un impacto ambiental considerable.

- Es potencialmente reciclable.

Going Green, The Green Construction Handbook. Ove Arup & Partners. Bricks and Ceramics, pág. 16 y 19Bristol, JT Desing Build Ltd, 1993

Ladrillos cerámicos.

Para la fabricación de ladrillos se utilizan arcillas de una gran variedad. El proceso mecánico de fabricación se realiza mediante extrusión y corte; los llamados manuales se fabrican mediante moldeo, pero son poco utilizados. La calidad del material es función del proceso de cocción. En los ladrillos de arcilla esta cocción se realiza a una temperatura aproximada de 1000º C, que dependerá de la composición de la arcilla y del color que se quiera obtener.

Ladrillos silico-calcáreos.

Están formados por sílice, cal y pequeñas cantidades de materiales inertes para dar el color. Los componentes del material son amasados y moldeados a alta presión. Posteriormente son curados en autoclave con vapor a alta presión.

Para los ladrillos en general.

El proceso de fabricación es extremadamente intensivo en consumo de energía, en particular en el caso de los ladrillos cerámicos. Como en el caso de los bloques, la energía consumida en el transporte es considerable. La utilización de ladrillos procedentes de ladrillares próximos reduce este consumo.

Los fabricantes han hecho esfuerzos para transformar los procesos de producción con la finalidad de reducir el consumo de energía y las substancias peligrosas que emiten los gases de combustión.

El ladrillo es un material tradicional que ha demostrado muy buena durabilidad y apenas tiene coste de mantenimiento.

Es posible el reciclado de ladrillos enteros, aunque no es viable económicamente. Si los residuos de obra de fábrica son machacados, se obtiene un árido reciclado que se utiliza en obras de urbanización.

Utilizar ladrillos que no requieran una cocción a temperatura más alta que la habitual, ni otros tratamientos térmicos que consuman más energía.

En nuestro país, la utilización del ladrillo en la construcción de edificios todavía es dominante. En consecuencia, las previsiones que se tomen sobre los procesos de fabricación y la variedad de ladrillos a disposición de los técnicos tendrá un impacto ambiental determinante.

En este sentido, se deben fabricar los ladrillos a la temperatura necesaria de cocción. Si ésta se reduce, con intención de disminuir el consumo de energía y por la tanto el impacto ambiental, también puede reducirse la calidad del ladrillo y su durabilidad. En cambio, deben evitarse aquellos tipos de ladrillos que requieren temperaturas más altas en el proceso de fabricación, o tratamientos que consumen más energía. Para reducir el impacto de este material, deben utilizarse los que proceden de ladrillares más cercanos, que consumirán menos energía en el transporte.

Finalmente, el ladrillo debe emplearse de manera que no quede adherido a materiales que tengan una naturaleza diferente y dificulten el reciclado. Por ejemplo, se deben evitar los tradicionales enyesados; son más convenientes los enlucidos o revocos de mortero de cemento, como el utilizado en las juntas de la misma obra de fábrica.