- Proporciona una excelente protección a la corrosión del acero.

- La materia prima es un recurso no renovable y, por lo tanto, su extracción tiene efectos medioambientales.

- El proceso de fabricación consume una gran cantidad de energía.

- Produce residuos tóxicos.

Going Green, The Green Construction Handbook. Ove Arup & Partners. Zinc, pág. 53 Bristol, JT Desing Build Ltd, 1993

Revestimientos de zinc.

Uno de los principales usos del zinc en la construcción es como protección del hierro y del acero frente a la corrosión. De este modo se alarga la vida útil del edificio.

Los procesos habituales de tratamiento del zinc son: galvanización en caliente, electrolítica y la sherardización en piezas de poco tamaño.En el procedimiento de pulverización al fuego, el revestimiento de zinc se aplica con un soplete de oxiacetileno especial. Este método permite proteger las estructuras de acero cuando ya están montadas en obra.

Otros tratamientos implican una inmersión en una solución química, a base de cromados. Los residuos de este material son altamente tóxicos y pueden originar graves problemas de contaminación.

Los productos de zinc.

Los productos de construcción disponibles de zinc se encuentran principalmente en forma de planchas, tubos, hilos, barras y perfiles extruidos, de espesores variables.

El impacto ambiental del zinc es semejante al de otros metales; la extracción de materias primas es destructiva y consume grandes cantidades de energía.

Los residuos no controlados tienen efectos sobre la salud, ya que aunque el cuerpo humano necesita una pequeña cantidad de zinc, su ingestión es venenosa, aunque en general, no es un problema que se presente comúnmente.

Cuando se encuentra como protección de otros materiales, no es un material fácilmente reciclable. Si se utiliza en planchas homogéneas de zinc se recicla con mayor facilidad.

Conviene utilizar zinc como protección del hierro y del acero porque aumenta la vida útil de estos materiales. Otros tratamientos de protección, a base de metales, tienen una durabilidad menor y son más peligrosos para la salud.

Alargar la vida útil de los elementos constructivos formados por materiales metálicos es una buena decisión desde el punto de vista medioambiental, ya que reduce el impacto significativo de la fabricación de nuevos elementos.

El acero y el hierro tienen una durabilidad, limitada fundamentalmente por la oxidación y la corrosión. Mediante los tratamientos de protección a base de zinc, aumenta la durabilidad de los elementos constructivos que contienen estos materiales. Así, se aplaza en el tiempo su sustitución o mantenimiento - a veces con revestimientos de pinturas contaminantes- y el impacto ambiental es menor.

Otros metales empleados como protección activa (por ejemplo el minio de plomo) son altamente tóxicos.