Edificios y sistemas constructivos existentes
Modelos de construcción desde el punto de vista del impacto en el medio ambiente
Hasta ahora hemos abordado de manera aislada el análisis de elementos y sistemas constructivos de fachada, estructura, partición, etc. En este estudio, a modo de conclusión, analizaremos un fragmento de edificio compuesto de varios elementos. El fragmento, que representa un tramo genérico de una edificación, está formado por la estructura vertical, el forjado, la fachada y la partición del espacio interior. Así podemos aproximarnos a una interpretación del impacto medioambiental de la edificación más cercano a un caso real. Los modelos de construcción elegidos están formados por elementos compatibles entre que sí, que muestran tres tipos característicos de construcción: la construcción convencional pesada; la construcción ligera, más moderna; y la construcción mixta.

El impacto de los residuos.

Si pretendemos minimizar de forma global los residuos de construcción que tienen origen en la demolición de un edificio, deberemos tender hacia una construcción más ligera que la convencional. Así, los elementos constructivos del edificio deben ser más ligeros y formados con materiales que originen residuos fácilmente valorizables. Los materiales tradicionales de mayor espesor y peso se deben reservar para obtener inercia térmica o bien para formar la estructura de soporte.

Entre los que hemos estudiado, el forjado es el elementos constructivo que origina la mayor cantidad de residuos. Es un elemento de gran superficie y, además, si es de hormigón armado, es el elemento del edificio que tiene mayor peso propio. Como que la superficie del forjado no podemos disminuirla, es evidente que debemos tender hacia la reducción de su peso propio. Pero esta reducción no significa disminuir su espesor, que sería origen de lesiones que limitan su vida útil. Por el contrario, debe tenderse hacia tipos constructivos menos masivos y más ligeros.

Las actuaciones de rehabilitación de edificios construidos con materiales tradicionales deben ser ligeras, de características constructivas semejantes a las soluciones que proponíamos en el modelo de construcción ligera. De este modo, en conjunto, el edificio rehabilitado pasaría de ser una construcción pesada, a ser una construcción mixta.

Si la reciclabilidad de los residuos de demolición fuese más alta, los resultados del estudio sobre los residuos que se originan en la construcción pesada no serían tan desfavorables. Porque se trata de que mejoren los índices de reciclabilidad de los materiales pétreos, que son origen de grandes cantidades de residuos destinados al abandono.

El consumo de energía y otros aspectos ambientales.

El consumo de energía en la fabricación de los materiales que constituyen el modelo de construcción ligera es el más alto de los modelos estudiados. Es del orden del doble que en la construcción mixta y cuatro veces el de la construcción tradicional.

El consumo de energía, en general, tiene una incidencia importante en el impacto ambiental ya que es origen de otros impactos, principalmente de contaminación al aire: efecto invernadero, acidificación, etc. También en estos aspectos ambientales la solución más ligera es más desfavorable que las otras dos. Sin lugar a dudas, el material que está penalizando el impacto ambiental es el acero. En su fabricación se consumen cantidades importantes de energía y es origen de estos otros impactos ambientales.

El modelo de construcción mixta también tiene unos valores altos que vienen determinados sobre todo porque la hoja exterior de la fachada ventilada está formada por una chapa de acero, y las estructuras de soporte de esta chapa y de las placas de partición interior también son de acero.

A modo de conclusión.

El resultado de los análisis desarrollados sobre los modelos de construcción en los capítulos anteriores sugieren conclusiones contradictorias.

La valoración de estos resultados dependerá del impacto ambiental que se considere prioritario. Así, el modelo de construcción que genera menos residuos a lo largo de su vida, el de la construcción ligera, es el que tiene un impacto ambiental mayor, si consideramos los aspectos de contaminación o consumo de energía que se originan en la fabricación de los materiales. En cambio, si tomamos como aspecto medioambiental prioritario la producción de residuos, los resultados son opuestos.

En los análisis parciales de los elementos de construcción que hemos desarrollado en capítulos anteriores, las soluciones ligeras, propias de la construcción industrializada, son las que originan menos residuos. Sin embargo, son origen de un impacto mayor si consideramos otros aspectos ambientales. Y es así, porque hasta ahora la ligereza ha estado asociada casi exclusivamente a los elementos metálicos de poco espesor, con un consumo de energía en su fabricación superior a los tradicionales.

Como que se trata de minimizar el impacto ambiental en su conjunto, es evidente que la solución conceptual óptima será utilizar soluciones que disminuyan de manera

equilibrada el impacto ambiental. En este sentido, la construcción debe estar formada por elementos ligeros de materiales de poco espesor y peso, y cuya fabricación no sea origen de un impacto ambiental tan alto. Así, las delgadas chapas de metal o plástico se deberán sustituir por otras -tal vez de espesor algo mayor- de materiales que originen menos impacto y, aún mejor, si estos productos incorporan en su masa materiales reciclados procedentes de residuos de demolición.