La consideración de algunos aspectos medioambientales relativos al consumo energético, los residuos de la construcción y el reciclado de materiales han condicionado considerablemente los proyectos que se presentan a continuación.

Para minimizar el consumo energético se han planteado contenedores dobles muy aislados. Son volúmenes rectangulares de crujía única para simplificar la construcción. No tienen retranqueos para disminuir la cantidad de superficie exterior por unidad de volumen encerrado.

Están delimitados por paredes de cerramiento gruesas y autoportantes construidas de manera que se evitan los puentes térmicos. No hay contacto directo entre las hojas exterior y interior porque las jambas, dinteles y alfeizares se tapan con premarcos. La cámara de aire es continua y se puede ventilar. La hoja interior podría acomodarse a la inercia térmica que requiriese el uso.

Para la cubierta se han adoptado soluciones diferentes: cubierta doble, en correspondencia con el cerramiento vertical doble o cubierta protegida con malla agrícola o aparcamiento. La inclinación se obtiene con el forjado para eliminar el material necesario para la formación de pendientes.

En cuanto al reciclaje de material y la eliminación de residuos, se pueden construir las paredes con bloques de productos reciclados procedentes de derribos. Por otra parte, el sistema constructivo está planteado de manera que los industriales puedan trabajar independientemente sin necesidad de abrir regatas en muros, suelos ni techos por lo que no se producen escombros.

Esta independencia entre muros, forjados, carpintería, tabiques e instalaciones permite además adaptar las soluciones a los materiales disponibles menos contaminantes que consumen menos energía en cada situación.

En cuanto a la construcción del interior, se proponen forjados ligeros apoyados, tabiques desmontables, instalaciones vistas, con acabados atornillados, clavados o encolados, para que se puedan modificar fácilmente, en seco, reciclando casi todos los elementos sin utilizar mortero ni hormigón.

Además, no se determina desde el proyecto la configuración interior, o sea que no se proyectan la cocina, el baño, las instalaciones los acabados ni la compartimentación. De este modo el usuario los adaptará exactamente a sus posibilidades y exigencias evitando las modificaciones que se producen habitualmente para personalizar la vivienda.